“Gran parte de la ciudadanía ve a los medios no como una institución representante de la misma y que actúa en su nombre (célebre contrapoder), sino como parte de un poder establecido del que se sienten apartados (el cuarto poder). En este sentido, los periodistas hemos perdido más de un tren, y los medios de comunicación, más que perderlos, se han puesto a escoltarles, a servir de caja de resonancia de afirmaciones no siempre verídicas, a atenuar las dudas y a negar las disonancias. Lo contrario de aquello para lo que existen y tienen su función social”.
Obviando que lo que crítica lo pudo haber cambiado en su momento, Joaquín Estefanía tiene razón. Si en veinte años el chiste de Mingote es tan actual, ¿qué han estado haciendo los medios durante todo este tiempo? Los ciudadanos no tienen confianza en los medios. Y continúan jugando con su futuro a sabiendas de que la confianza es lo más difícil de recuperar. Las cabeceras de ahora lo tienen crudo y no dudo de que desaparezcan, vendidas como están al poder. Porque no tiene visos de cambiar la cosa. Un ejemplo tonto, La Razón anuncia a bombo y platillo que bajan a un euro el precio de lunes a jueves pero no dicen que lo que van a hacer es quitar la grapa. Siguen hundiendo su credibilidad.
Por eso me vienen, para finalizar, a la cabeza las palabras de Novak Djokovic sobre Armstrong: “es una vergüenza para el deporte", y añade "creo que debería sufrir por sus mentiras todos estos años". Y así van poco a poco. La pena de todo es que en este sufrimiento están pagando mucho más justos que pecadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario