Los mensajes que dan muchas instituciones, organismos y empresas ante un país en crisis se orientan hacia la importancia de promover el espíritu emprendedor. "Tenemos que arriesgarnos", dicen. No sé si empujados por estas voces o porque no veían más solución, muchos que han sido despedidos han cogido su indemnización y han decidido poner un negocio por su cuenta, en muchas ocasiones, en un sector totalmente diferente al que venían trabajando y que en su gran mayoría ha sido y es un establecimiento a pie de calle. De lo que he podido ver en la apertura de locales nuevos he visto sobre todo, bares, panaderías, tiendas de frutos secos, papelerías (parecidos a los chinos pero sin el mismo horario), fruterías y tiendas de pastillas para culturista. Y aunque no puedo entrar a analizar a cada caso, en mi opinión, tienen un reducido futuro porque en una situación como la actual entran en medio de una guerra de precios, donde hay una competencia feroz, donde su competencia no es el de la esquina sino internet y el centro comercial, y que no tienen tiempo como para hacerse un hueco en la zona a base de constancia. Además, como no son un elemento innovador entran en competencia con otros negocios ya existentes en la zona, lo que puede llevar o bien al fracaso o a que entre los competidores se repartan el mercado de la zona, que impidirá que los dos obtengan los ingresos suficientes que requieren.
En esta idea me pregunté por el mundo de la Comunicación. Te despiden, coges lo que tienes y montas una consultora en base a ti y a nadie más. Si has estado muy arriba puede que te contraten muchos amiguetes, pero claro ese dinero se te irá en las subcontrataciones. Más tarde, los amiguetes poco a poco no podrán ayudarte porque no tienen presupuesto o porque tendrán miedo que les quites el chiringo (si alguien paga a otro externo para que trabaje por uno, ¿por qué no contratar directamente al otro y me olvido al que tengo?). Puede que uno haya estado un poco más abajo con lo que tienes que empezar a crearte un nombre, a conseguir modelos de ejemplo. Además a eso tienes que pelear con los muchos que están ya en el mercado. Con lo se me plantea muy difícil el éxito. Eso sí la idea estuvo al principio (momentazo, viene en inglés).
Pensando en esta idea la actualidad viene a mi. Resulta que el antiguo mano derecha de César Alierta en Telefónica, Luis Abril, que llevaba toda la parte de comunicación y marca dejó su cargo para "emprender una nueva etapa al frente de una consultoría externa". Supongo que tras varios meses tratando de ofrecer sus servicios y de que alguien le contratara, es hoy cuando vuelve a la operadora para ser consejero (gracias amigo César) y vivir tranquilamente el resto de sus días profesionales.
Como no todos tienen esa suerte, pienso en otros muchos que dejaron su trabajo para ser consultores independientes y me cuesta seguir el camino que han seguido (además de que no hay un ranking de estos consultores). Todo ello, me lleva a pensar, ¿emprender? Emprender, no gracias. Cuántos estarán pagando ese afán emprendedor (y ya que está de vuelta, un guiño a una que también emprendió).
Rigodón, totalmente de acuerdo. Sólo una matización, lo de Luis Abril ya se sabía desde que se fué. Es como un pago extra por los servicios prestados.
ResponderEliminarPues peor me lo pones, ya es ni siquiera se le pasó por la cabeza eso de emprender.
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