martes, 9 de abril de 2013

¿Escrache o narcisismo colectivo?

Llevo días sin querer admitirme a mí misma lo que pienso del escrache a los diputados del PP promovido por la PAH. Porque… ¿para qué voy a mentir? Me asusta coincidir con Soraya, con Rajoy y con el mismísimo Gallardón. Me asusta coincidir con los máximos exponentes de un partido político que niega el matrimonio entre personas del mismo sexo y que condena a una mujer a seguir adelante con un embarazo incluso en casos de malformación del feto.

Pero… ¿qué le vamos a hacer?  Lo cierto es que estoy en contra del escrache. Bueno, preciso: estoy en contra de este escrache.

La condena social de los altos cargos de la dictadura militar argentina; la denuncia de asesinos indultados viviendo como vecinos respetables en el anonimato de una comunidad con total impunidad; me parece loable. Y suscribo plenamente el lema acuñado por H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio) allá por 1995 de “Si no hay justicia, hagamos que el país sea su cárcel”. “Si no hay justicia. Hay escrache”.

Ahora bien, me parece muy osado comparar esa situación argentina a esta situación española. Me parece como poco imprudente comparar a los responsables de los abusos, desapariciones y asesinatos de miles de ciudadanos con la actividad democrática de los representantes de millones de españoles en el Congreso de los Diputados. Creo que es querer revestir con el manto de la justicia lo que no es más que coacción.

Dice el sociólogo francés Gilles Lipovetsky en su libro “La era del vacío” que nuestra sociedad entiende la política desde un narcisismo colectivo, en el que los individuos se retraen de los objetivos universales (si lo comparamos con la militancia ideológica y política de antaño) y sobrevaloran concomitante las cuestiones subjetivas. Y yo, al pensar en el “escrache” del PAH, no puedo menos que preguntarme ¿no son los miembros de la plataforma anti-desahucios una muestra absoluta del narcisismo colectivo que impera en nuestra sociedad?

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, es coacción. Pero narcisismo colectivo me parece excesivo, no les da para más la cabeza. Creo que es una moda más y además orquestada por los mismos contra los mismos de siempre (que como son tontines, hasta ayer no salieron datos diciendo que los desahucios se llevan haciendo desde tiempos de maricastaña). Pero lo mismo pasó con lo de los indignados, otro movimiento ilegal y pasajero.

    Pero lo triste es que les hacen caso. Con lo que transmiten que o sales de la ley y el orden o los políticos no te van a hacer ni caso. Porque vas, votas a Marianín para que no te suba los impuestos y reduzca el Estado de la buenasubvención y luego hace lo contrario. Pues todos a la calle para que por lo menos nos hagan caso. ¿Qué podemos hacer si no?
    Rigoddon

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  2. La verdad es que el pp ha sido excesivamente reacio a defender su posición. Si hasta Felipe González se ha manifestado en contra! Creo que si miembros de la plataforma provida se hubiesen manifestado frente a casas de diputadas del PSOE para que votasen a favor de la reforma de la ley del aborto el clamor social y mediático contra ellos hubiese sido tremendo (y con razón).

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  3. ¡Hasta Felipe González! Y estos del PP eran los buenos.

    Y mencionas los movimientos provida, añadiría también el de las víctimas del terrorismo. Creo que estos casos y otros son realmente movimientos sociales puros, no lo que estamos viendo ahora. Lo son sobre todo porque no salen de la legalidad para tratar de imponer sus ideas, al contrario lo que quieren es alertar sobre una realidad y transmitir sus ideas. Pongo el caso de las víctimas, dicen: "queremos justicia. Han matado injustamente a un ser querido, queremos justicia, no ojo por ojo sino lo que dicte la ley, y además necesitamos tu apoyo para que su muerte no sea inútil". Estos movimientos no ven la necesidad de salir de la legalidad porque entienden que sus argumentos son sólidos y que si los escuchas (que dentro de toda la maraña mediática es difícil) les vas a entender o por lo menos valorar la solidez de sus posicionamientos. No quieren imponer.

    Claro que cuando los postulados tratan de ocultar otras cosas e imponer ideas, no queda más remedio que la coacción y la ilegalidad (además del cariz político anti-PP) para que algo quede. Porque puedes estar en contra de los escraches pero ¿podemos decir que los desahucios son lógicos? Eso ya no. Eso es lo que han conseguido, porque aunque son un drama también es cierto que el que compró la casa sabía a lo que se exponía. Estos movimientos siguen la estrategia de que si corro mucho a lo bruto y luego me voy para atrás, habré avanzado bastante. Y así es, mucho escrache, mucho escrache pero todos ya pensamos que tenemos que erradicar los desahucios. Y ojo como lo discutas. En esa reacción se ve que es imposición.
    Rigoddon

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